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PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO

Los problemas del comportamiento infantil son un hecho cotidiano que está alcanzando cotas crecientes de interés y atención en nuestra sociedad.

Un niño no nace sabiendo qué puede hacer y qué no, qué acción es la acertada en cada situación o qué repercusiones tiene su comportamiento en los demás. Aprenden a comportarse poco a poco, y los maestros en este proceso son los padres. Ellos tienen que enseñarles qué conductas son deseables y cuáles no, haciéndoles ver las consecuencias que siguen a su comportamiento, poniéndoles límites adecuados a su edad, fijando las normas que rigen en casa y transmitiéndoselas de la forma más clara y comprensible. De este modo, los niños adquirirán un esquema estable de comportamiento.

CELOS INFANTILES

Los celos infantiles pueden definirse como un estado subjetivo caracterizado por una sensación de frustración en el niño que piensa que ya no es correspondido emocionalmente por las personas queridas (padres, abuelos, cuidadores,...) o, al menos, con la intensidad y frecuencia que él desea o necesita.

En la infancia, es habitual la aparición de celos tras el nacimiento de un hermanito. En cierto modo, el niño se protege y reclama seguir teniendo la misma atención que se le dispensaba antes y que ahora tiene que ser compartida. Por tanto, puede tener un cierto valor adaptativo. No obstante, en muchas ocasiones, esta respuesta es exagerada, prolongada en el tiempo y cursa con gran malestar y deterioro en las relaciones familiares. Es, en estos casos, cuando la ayuda profesional es aconsejable.

Los celos entre hermanos pueden darse en los dos sentidos, es decir del hermano mayor hacia el menor y viceversa. En el primer caso, suelen aparecer conductas regresivas (conductas infantiles de imitación del hermano pequeño, enuresis secundaria, etc.).

En el segundo caso, se manifiestan identificándose el hermano menor con el mayor, que le sirve de modelo, y reivindicando los derechos y privilegios que éste tiene por ser el mayor.

RABIETAS

Entre las conductas que más preocupan a los padres se encuentran las temidas rabietas: cuando el niño se tira al suelo y se pone a llorar, ya sea en casa, en la calle o en el supermercado. Las rabietas son una conducta típica de los niños de dos y tres años. Ante una rabieta es muy importante no perder los nervios ni gritar. Los adultos son los encargados de calmar una situación tensa mostrándole al niño un modelo válido a la hora de afrontar los conflictos.

De esta forma, una de las mayores dificultades para los padres a la hora de afrontar situaciones que resultan conflictivas por un comportamiento inadecuado del niño, como las rabietas, es controlarse para que no les haga flaquear el sentimiento de culpa, la pena o las ganas de que cese de llorar y gritar cuanto antes.

Que las rabietas formen parte del desarrollo del niño no quiere decir que haya que esperar a que los niños crezcan para que se les pase, sino todo lo contrario. En la mayoría de los casos, será la intervención de los padres la que marque la diferencia entre un niño con alteraciones del comportamiento y otro con conductas adecuadas.

EVOLUCIÓN

Evolución de las rabietas según la edad:

  • Entre los dos y tres años los niños no tienen un dominio del lenguaje suficiente para expresar lo que les ocurre y recurren a las rabietas para manifestar su malestar. A los dos años es probable que aparezcan situaciones en las que el niño entra en conflicto con sus padres porque tiene que hacer lo que ellos le piden y no siempre coincide con lo que él quiere.
  • Entre los tres y cuatro años los niños pasan por un periodo de autoafirmación y defensa de su individualidad. Buscan diferenciarse de los demás y lo hacen reclamando cada vez más autonomía. En esta etapa, los niños se oponen por sistema a lo que se le pide y se produce un incremento de las manifestaciones agresivas como los lloros, los golpes, etc. También son frecuentes las rabietas de alta intensidad y larga duración, a veces sin motivo aparente.
  • A partir de los cuatro años las rabietas están más relacionadas con lafrustración por no obtener aquello que desean y están dirigidas a la persona u objeto que impide que lo consigan.
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